“Del Pastor para ti”
-Dicen las escrituras en II de Samuel 24 que Dios le dio órdenes a David que hiciera un censo para que contará cada una de las personas que vivían en todo el reino.
-Y así hizo David, pero aparentemente lo hizo a su forma, lo que motivo que el Señor lo castigara a él y al pueblo de Israel que estaba bajo su dirección y cuidado.
-Después de nueve meses y veinte días el censo fue completado, y trajeron el resultado: un millón treinta mil “HOMBRES”, que podían portar armas; David hizo el censo a su manera, y no a la manera de Dios; setenta mil personas murieron por culpa de una mala decisión, por una decisión a la forma de David.
-Eso claramente nos enseña que tenemos que ser bien cuidadosos de hacer estrictamente lo que Dios quiere que hagamos, y no lo que queremos nosotros.
De nuestras decisiones dependen en muchas ocasiones la vida física y espiritual de nuestros cónyuges, hijos, familias, amigos y hermanos de la fe.
Ayer enseñábamos sobre la prudencia, y decíamos que el prudente es aquel que tiene la virtud de prevenir, de evitar las faltas y los peligros.
Si, como padres, esposos o esposas, como cristianos debemos asegurarnos en hacer lo correcto delante de Dios sabiendo que con nuestras decisiones podemos traer bendición o maldición a aquellos que están en nuestro radio de influencia. ¡El Señor nos de la sabiduría y la prudencia para hacer siempre lo que es SU VOLUNTAD!