“Del Pastor para ti”
Una de las grandes controversias de todos los tiempos es: ¿en qué proporción se debe aplicar la fe a lo que hacemos?, y si lo que hacemos para el Señor y el prójimo nos será contado como bien para Dios, o sea, ¿qué cantidad de fe hemos de ponerle a nuestras obras, o cuantas obras debemos de hacer para demostrar cuanta fe tenemos?, y que todo esto sea “AGRADABLE A DIOS”
-A mi criterio, y por lo que yo entiendo de fe y obras, debemos añadirle “a ambos” la palabra “CALIDAD”, y para explicarlo mejor creo que debemos, para contestar dicha pregunta es que para que Dios se agrade de nuestras obras debemos de hacerlo además de la imprescindible fe, añadirle a la obra “CALIDAD”, lo que hagamos “hacerlo con calidad”, lo que demos añadirle calidad.
-Son muchos los que Fabrican automóviles, pero los mas ansiados por los compradores son aquellos hechos “con calidad”.
-También son muchos los que construyen casas y apartamentos, pero lo que más les gusta a los compradores son aquellos que son construidos “con calidad”.
-Desgraciadamente muchos cristianos no agregan a sus obras de fe CALIDAD, y simplemente aspiran que las palabras claves para hacer lo que hacen es solo fe y obra, y con eso solo, aspiran que Dios se agrade de eso, y no se preocupan de que sus OBRAS sean de “calidad”.
-Muchos cantamos con fe, pero sin calidad, y aun así queremos que Dios se agrade de ella, y no solo me refiero al talento de cantar, sino al de agradar a Dios con nuestro cantar, y eso se llama: “CALIDAD”.
-Otros diezmamos, ofrendamos y damos primicias, pero sin calidad, porque la calidad tiene que ver con los números sin lugar a duda, pero también con el corazón, con la absoluta verdad y el deseo de agradar a Dios con lo que damos, y a eso se le llama calidad, la calidad que le falto a Caín, primeramente, y después a Ananías y Safira.
-Y por último, a muchos de nosotros no solo nos falta a veces la fe para ayudar y trabajar para el Señor, sino la obra, lo que hacemos, y por ende siempre lo que hacemos carece de calidad.
Detengámonos un momento y reflexionemos sobre nuestras obras, nuestra fe y la calidad que le agregamos a ambas.
No nos olvidemos de estas tres palabras:
FE, OBRAS Y CALIDAD

Pastor Rene J Perez