La lucha de los Jóvenes de hoy es igual a la lucha de los Jóvenes de ayer.
El profeta Daniel da su testimonio sobre lo que representa decidir sobre lo que es bueno de “Dos generaciones”: La primera generación es la de sus padres y abuelos, la segunda donde le tocaba vivir su juventud, y junto a él miles de jóvenes que tenían que escoger, qué decidir.
-No, no me refiero a la cultura y las costumbres que practicaban sus abuelos y padres, sino a la forma de vida humana y espiritual que Dios le había dado por su Palabra mucho antes que nacieran sus padres y abuelos.
-El gran problema de la juventud de su tiempo era elegir sobre qué hacer y cómo vivir, en ese tiempo más moderno y adelantado social, culturalmente, familiar, político y religioso, el cual era practicado por la gran mayoría no sólo de los babibilonios, sino aun los Israelitas.
-La interpretación de las Escrituras en su tiempo se confundía dentro de la cultura moderna que les había tocado vivir, y por ello sólo en 70 años la mayoría de los Israelitas habían sido asimilados por la nueva cultura del modernismo que la juventud israelita había aceptado y por ello entonces, olvidando la vieja cultura de la Biblia, la que según ellos no era la correcta para su tiempo, porque era vieja.
-Sólo 70,000 personas regresaron a Jerusalén setenta años después de haber sido llevados a Babilonia, si no regresaron mas no fue porque se lo prohibieron los babilonios ni los Medo Persas, no regresaron porque Jerusalén representaba la vieja cultura, las viejas interpretaciones y creencias de Fe y obediencia que practicaron sus bisabuelos y sus tatarabuelos 70 años atrás.
-Medio millón de Israelitas o más, quedaron en Babilonia porque querían vivir una cultura entre comillas MODERNA, ADELANTADA, JUVENIL, guiados por Pastores que enseñaban la Torá, pero una Torá (Biblia) que les permitía vivir como Israelitas Modernos; pastores y líderes que sus enseñanzas eran “sazonadas” con enseñanzas cargadas de aberraciones, prácticas paganas y mandamientos de Dios mal interpretados y enseñados todos desde un punto de vista “Moderno”.
Pero no todos aceptaron ese modernismo y enseñanzas distorsionadas, hubo muchos que decidieron seguir las Escrituras tales como fueron escritas, y ellos abrieron el camino para que unos remanentes de 70,000 personas regresaran a Jerusalén. De ellos se habla en Nehemías, Edras y muchos libros más, pero de los que se quedaron en Babilonia no se habla absolutamente nada; se perdieron en la historia, terminaron siendo babilonios, persas y medos con religión judía, y más tarde con el tiempo terminaron siendo totalmente asimilados.
Hoy lo estamos experimentando, nuestros jóvenes se están dejando asimilar por una cultura que está distorsionando la Biblia y enseñando un cristianismo contaminado con la cultura de un mundo que no es el suyo, que no es de Dios, pero a la vez muy atractivo; si, cantan, alaban a Dios, van a la Iglesia, pero practican después, y viven la cultura de la carne y sin darse cuenta, poco a poco, se alejan de la voluntad de Dios y sus mandamientos, y al final irremediablemente terminarán como aquel medio millón de Israelitas asimilados y perdidos en el tiempo “para siempre”.
Si jóvenes, están a tiempo, así le dijo el Señor a Jeremías que le dijera a aquella generación que estaba a punto de perderse en Jeremías 6:16: “párense jóvenes y miren, y pregunte por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él…”.
-Para los jóvenes del tiempo de Daniel la meta de su vida debía de ser regresar a Jerusalén y terminar su juventud y luego su vida AGRADANDO A SU PODEROSO DIOS, y para los de hoy debe de ser igual, sus metas llegar a la nueva Jerusalén para estar siempre con Jesús; recuerden, los tiempos de la juventud pasan, pero los que buscan de verdad a Dios tratando de obedecerle y agradarle, tendrán el premio de la Vida Eterna.
No te dejes impresionar por las luces y colores, por los placeres que engañosamente prometen aquellos que te ministran, mis amados jóvenes.
No te dejes llevar por esa ola actual de cristianismo moderno al estilo que yo le llamo Babilónico, no dejes que nadie te guíe por un camino que te aleje de la santidad de Dios.
El Salmista escribía en el Salmo 119:9 una pregunta: “¿Con qué guardará el joven su camino? …”, y él mismo da la gran respuesta: “…con guardar su palabra”.
El Señor bendiga y guarde a todos los jóvenes hoy, llenándoles del Espíritu Santo.